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- Desconfía de CUALQUIER solicitud que no hayas pedido (por ejemplo, por correo electrónico, teléfono o mensajes de texto) en la que te pidan información personal, financiera o contraseñas.
- Protege tu información personal. No la proporciones a menos que sea necesario y legal.
- Los organismos gubernamentales nunca intentarán obtener información personal o datos de pagos a través de correo electrónico, llamadas telefónicas, mensajes de texto o redes sociales.
- Desconfía de las ofertas que parecen demasiado buenas para ser verdad, ya que los estafadores las utilizan con frecuencia para engañar a los consumidores confiados.
- Investiga las empresas, productos y servicios antes de hacer cualquier negocio. Busca opiniones, calificaciones y comentarios de los clientes.
- Comprueba siempre la fuente. Asegúrate de que los sitios web, las direcciones de correo electrónico y los números de teléfono sean auténticos.
- Desconfía de los estafadores que te presionan para que tomes decisiones rápidas y "de urgencia" sin pensarlas con calma.
- Realiza los pagos únicamente a través de métodos seguros o a personas conocidas. Extrema precauciones con las criptomonedas, las tarjetas regalo o las transferencias bancarias.
- Mantén tu seguridad en internet con contraseñas seguras, autenticación multifactor y actualización constante de tus programas y dispositivos.
- Confía en tus instintos. Tómete tu tiempo para verificar muy bien si algo te parece fuera de lugar o sospechoso.