Esta ley de Oregón ofrece una capa de seguridad financiera para las familias en situaciones en las que las dificultades financieras podrían poner en peligro su bienestar. Garantiza que los activos esenciales sigan estando disponibles para su sustento. Esta protección ayuda a las familias a evitar mayores dificultades financieras por parte de los acreedores, promoviendo la estabilidad financiera y el bienestar de los consumidores.